Cuando somos niños una gran parte de nuestro tiempo la dedicamos a jugar. Y es a través del juego que aprendemos cosas que nos permitirán vivir como adultos y relacionarnos con los demás. Pero, con los años, desterramos esos juegos que tanto placer y enseñanzas nos dieron. ¡Recupéralos! Será la mejor manera de plantar cara a la vejez. ¿Quién dijo que la vida de adulto debía ser aburrida?
Pensamiento
"No dejamos de jugar porque envejecemos
sino que envejecemos porque dejamos de jugar"
Anónimo