Existen numerosas variaciones del roscón de reyes pero, de una u otra forma, todos se basan en la receta original y tradicional. Los ingredientes básicos y un poco de paciencia, conseguirán formar el roscón perfecto.
Ingredientes
1 kilogramo de harina, 250 gramos de azúcar, 200 gramos de mantequilla, 25 gramos de levadura, 2 o tres huevos, ½ litro de leche, ralladura de limón o naranja, sal, un poco de agua, almendras y frutas para adornar, es la proporción adecuada para una buena elaboración.
Preparación
Primero se tamizará con un cedazo de repostería (una especie de colador para la harina). El amasado de la mezcla debe ser continuo, aplastando la mezcla sobre una superficie dura (mármol, por ejemplo). Al principio se quedarán pegadas las manos, y es entonces cuando, poco a poco, se deberá ir añadiendo más harina hasta que la masa se despegue con facilidad.
A partir de ese momento, los movimientos deben hacerse con más energía. Posteriormente, se depositará la masa en un recipiente lo suficientemente grande. Se tapará con un paño y se dejará reposar durante tres horas en un lugar templado para que fermente. Formar el rosco y dejarlo reposar para que aumente de volumen.
Adornos
Primero se unta con huevo batido y se espolvorea con azúcar gruesa, poniendo las frutas escarchadas, sin olvidar introducir el haba y la sorpresa.
Horno
Meter el bollo en el horno a una temperatura de entre 170 y 180 grados durante 30 ó 40 minutos. Así quedará cocido y listo para comer, con su característico olor acaramelado.
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