“Hoy, te recomiendo que avives el fuego del don que Dios te dió cuando te impuse las manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio. Hoy, no te avergüences, pues, de dar testimonio a favor de nuestro Señor, ni tampoco te avergüences de mí, preso por causa suya. Antes bien, con las fuerzas que Dios te da, acepta tu parte en los sufrimientos que vienen por causa del evangelio. Dios nos salvó y nos ha llamado a formar un pueblo santo, no por lo que nosotros hayamos hecho, sino porque ese fue su propósito y por la bondad que ha tenido con nosotros, desde la eternidad por Cristo Jesús.
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Esa bondad se mostrado ha gloriosamente ahora en Cristo Jesús nuestro Salvador, que destruyó el poder de la muerte, y que , por el evangelio, sacó a la luz la vida inmortal.
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Hoy, sigue el modelo de la sana enseñanza que de mí has recibido, y vive en la fe y el amor que tenemos gracias a Cristo Jesús. Con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida hoy de la buena doctrina que se te ha encomendado. Hoy, Hijo mío. Saca fuerzas de la bondad, que Dios te ha mostrado por medio de Cristo Jesús. Recuerda a los otros y recomiéndales delante de Dios que hay que evitar hoy y siempre las discusiones. Ellas no sirven para nada. Lo que hacen es perjudicar a quienes las escuchan-.
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Haz todo lo posible hoy, por presentarte delante de Dios como un hombre de valor comprobado, como un trabajador que no tiene de que avergonzarse, que enseña debidamente el mensaje de la verdad. Hoy, evita palabrerías mundanas y vacías, porque los que hablan así, se hunden cada vez más en la maldad y su enseñanza se extiende como un cáncer.
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Pero Dios ha puesto una base que permanece firme, en la cual está escrito: El Señor conoce a los que le pertenecen y Todos los que invocan el nombre del Señor han de apartarse de la maldad.
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Hoy huye de las pasiones juveniles y busca la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con todos lo que con un corazón limpio invocan al Señor.
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No hagas caso de discusiones que no tienen ton ni son, ya sabes que terminan en pelease un siervo del Señor no debe andar en peleas, al contrario debe ser bueno con todos. Hoy debes ser apto para enseñar, tener paciencia y corregir con corazón humilde a los rebeldes esperando que Dios haga que se vuelvan a él.