Pongamos Villacincos a Nuestro Amado Redentor. Hasta su llegada
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Anunciando al Rey del cielo
En la capilla hay repiques de campanas navideñas y en el pesebre una Virgen desvelada sufre y sueña.
Contempla al niño dormido, mira su frente serena y una sonrisa ilumina su carita de azucena.
Din, dan, don las campanitas sonando están.
Din, dan, don las campanitas sonando están.
Cada mañana en la torre de la iglesia campesina las campanas se despiertan, a pesar de la neblina.
Llegando la nochebuena, lanzan alegres al viento una plegaria amorosa anunciando al Rey del Cielo
Din, dan, don
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