Las tradiciones son como el agua que nos permite nadar por la vida como quien no hace nada, sin tener que inventar cada vez una manera de celebrar los grandes momentos de nuestra vida. Sería muy duro que perdiésemos la memoria colectiva y que cada año tuviésemos que reinventar la Navidad, la Nochevieja, los Reyes Magos, con todos los ritos que configuran la celebración de estas fiestas. Por eso, con mayor o con menor respeto hacia la idea de la tradición, todos nos cobijamos en ella, porque nos hace la vida más segura y confortable. Es que no podemos reinventarlo todo cada año.