Un ruso perdió un préstamo cuando la entidad financiera vio que su firma era una carita feliz.
Un banco en Moscú se negó a otorgarle un crédito a Vladimir Kirlov de 34 años cuando vieron que en su documentación oficial el hombre firmaba con una carita sonriente.
"No me hicieron ningún problema ni en mi documento ni en el pasaporte. No veo por qué el banco no me lo acepta", protestó Vladimir. Sin embargo, Oleg Pavlovich, vocero del banco sostuvo que "una carita sonriente no es una firma".