Ámense, ustedes nacieron el uno para el otro.
Y lo estaran para siempre. Estarán juntos cuando las alas de la muerte esparzan sus días. Sí, estarán juntos, aun en la memoria silenciosa de Dios.
Pero dejen que haya espacios en su cercania. Y dejen que las brisas de los cielos bailen entre ustedes.
Ámense el uno al otro.
Mas no hagan del amor una atadura, dejen que haya un mar en movimiento entre las playas de sus almas.
Llénense mutuamente las copas, pero no beban de una sola copa, compartan su pan, pero no coman del mismo trozo.
Canten, bailen, y alégrense...
Pero que cada uno se independice, así como aun las cuerdas del laud que están solas aunque vibren con la misma música.
Den su corazon, pero no en prenda, pues sólo la mano de la vida puede contener los corazones
Y permanezcan juntos, pero no demasiado.
Porque los pilares del templo están aparte
y ni el roble crece bajo la sombra del ciprés,
ni el ciprés bajo la del roble.
© Autor: By.Gibran Jalil Gibran