EL ÁRABE Y EL CATALÁN Desesperado de sed, un árabe se arrastraba en el desierto afgano, cuando divisó una forma a lo lejos. Esperanzado de encontrar agua se dirigió hacia allí: era un viejo catalán, sentado bajo una sombrilla con un tenderete de corbatas. - Estoy desfalleciendo de sed. ¿Podría darme agua? -imploró el Árabe. - La verdad es que no tengo agua, pero... ¿por qué no me compra una corbata? Mire, esta va perfecta con su chilaba... - No quiero una corbata !!! Quiero agua !!! - Bueno, no me compre la corbata si no quiere. Pero, para que vea que soy una buena persona, le diré que pasando esas dunas, a unos 3 o 4 kilómetros, hay un buen restaurante, ellos tienen toda el agua que quiera... El árabe le dió las gracias y desapareció rápidamente tras las dunas. Cuatro horas más tarde, el árabe regresó donde estaba el viejo catalán que seguía tranquilamente bajo su sombrilla, leyendo La Vanguardia. El viejo le pregunta: - Le dije unos 4 kilómetros; ¿no encontró el restaurante? ¿se perdió? - Lo encontré perfectamente, pero el hijoputa de tu hermano no me deja entrar sin corbata !!!
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