AL FIN
Ya no veré tu vuelo, mariposa nocturna, ahora comeré silencio.
Ya no estarán mis manos amasando palabras para llevarte al cielo.
Tu boca, mía, ayer, tu boca, la cerraron los misterios y tus besos se perdieron, como se pierde un bello anhelo.
Robaste los suspiros encontrados en el viento y dejaste mi mano oliendo a tu recuerdo.
Al fin, después de tanto empeño, mi grito reventó en la noche y el eco del silencio se metió en mi sueño.
Leonardo Sáenz Baez
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