Fidelidad a dios en el lar.
¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres? Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario del Señor que él amó, y se casó con hija de dios extraño. El Señor cortará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde, y al que ofrece ofrenda al Señor de los ejércitos. Y esta otra vez haréis cubrir el altar del Señor de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque el Señor ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud" (Malaquías 2:10-15).
¿Hemos sido fieles a la mujer qué Dios nos ha dado? ¿A la mujer con quien Dios nos unió delante de Su altar? De igual forma, han sido las mujeres fieles a los esposos que Dios les regaló, delante de Su presença?Nosotros, hombres, debemos amar y respetar a nuestras mujeres y las mujeres, con gratitud en el corazón, deben corresponder al amor de sus esposos. Cuando el casal es unido, el lar es alumbrado por la luz maravillosa del Señor. Cuando dejamos nuestros esposos o esposas, en busca de "nuevas aventuras" fuera de casa, afastamonos de la presencia de nuestro Dios, perdemos la bendición de los cielos y nuestra luz si apaga por completo.
Hoy no enviaré el "Para Reflexionar" . Sentí voluntad de escribir esas pocas palabras esperando en Dios que todos los lares de los lectores de esta columna estén brillando y llenando de alegría el corazón del Señor Jesus.
Paulo Barbosa
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