En la entraña y la piel.
Si pudiera ser trino que cantara en los cielos, si encontrara el aroma celestial de la flor, sentiría que mi alma vibraría dichosa, soñaría con risas deleitantes de amor.
Si jugara a ser niño con la miel del pasado, la inocencia latente y esas ganas de ser, mi mirada del mundo viviría tranquila, disfrutando momentos de virtud y querer.
Sin embargo no siempre yo me siento seguro, a mi esencia se aferran los dolores de ayer, y mi andar no es el mismo cuando pasan los tiempos, pues un poco me marcan en la entraña y la piel.
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