1. No contradecir por sistema a todos los que hablan con nosotros.
2. Exponer nuestras razones en las discusiones, pero sin tratar de apabullar.
3. Mandar en tono suave, sin gritar.
4. Corregir de modo que se note que te duele hacerlo.
5. Aprender los nombres de las personas con las que trabajas o de las que nos cruzamos por el camino cada día y tratarlas luego por su nombre.
6. Estudiar los gustos ajenos y tratar de complacerlos.
7. Pensar bien de todo el mundo, por principio.
8. Tener la manía de hacer el bien, sobre todo a los que no lo merecen teóricamente.
9. Sonreír. Sonreír a todas horas. Con ganas o sin ellas.
10. Multiplicar el saludo, incluso a los semiconocidos.
11. Visitar a los enfermos, sobre todo si son crónicos.
12. Prestar libros aunque te pierdan algunos. Devolverlos tú.
13. Hacer favores. Y concederlos antes de que terminen de pedírtelos.
14. Olvidar las ofensas. Y sonreír especialmente a los ofensores.
15. Aguantar a los pesados. No poner cara de vinagre al escucharlos.
16. Tratar a los antipáticos. Conversar con los sordos sin ponerte nervioso.
17. Contestar, si te es posible, todos los correos.
18. Entretener a los viejos. No engañarlos como chiquillos, pero subrayar todo lo positivo que encuentres en ellos.
19. Recordar todas las fechas de cumpleaños y santos de los conocidos y amigos.
20. Hacer regalos pequeños, que demuestren el cariño pero no creen obligación de ser correspondidos.
21. Acudir puntualmente a las citas, aunque tengas que esperar tú.
22. Contarle a los demás las cosas buenas que otros han dicho de ellos/as.
23. Dar buenas noticias.
24. Resaltar los éxitos y justificar los fracasos de los demás.
25. Ser cortés con todos.