Persistencia...
En las luchas diarias de la vida, acuérdate
de que todo tiene un tiempo propio para realizarse.
El árbol más alto del mundo, un día fue semilla.
El mar gigantesco es formado por pequeños ríos
que despejan sus aguas en un encuentro marcado.
La hora del reloj es formada por segundos que se juntan
para formar el minuto.
La casa más bella y rica, un día fue sólo proyecto.
Así, todo sigue un cronograma y en la Ley Divina nada se consigue
con privilegios, todo es justicia pura.
Sabiendo que el mundo es construido por etapas,
que todo está en su debido lugar y en el momento correcto,
no abandones tus sueños, no desistas de luchar por tu crecimiento.
Rehaz tus planes si se necesita, ajústalo al momento actual
y confía en Dios.
Cree en su fuerza, pero cree también que tu nunca estás solo;
en ningún momento los ángeles te abandonan,
tal vez no hayas dejado que ellos se aproximen,
pero ellos siempre estarán cerca de ti
No te asustes con las actitudes de las personas que te rodean;
no siempre ellas están en su mejor día,
y todos nosotros tenemos el derecho de estar molestos, o hasta tristes
y sin deseos de hablar con nadie.
Por lo tanto, respeta al individuo que existe en cada persona;
no crees expectativas con la vida de los otros,
tu acabarás siendo lastimando y haciendo que las personas
se sientan responsables por actitudes que sólo tú esperabas,
y que ni siquiera comunicaste a la persona interesada,
sino que fue sólo un deseo en tu ser íntimo.
Todo tiene su tiempo!
Y tu tiempo de plantar es todos los días; es cada minuto.
Siembra amor, distribuye semillas de cariño
y en breve tendrás la mayor cosecha de felicidad
que un ser humano puede tener.
Nada supera el amor,
viejos dolores desaparecen bajo la acción del amor;
enemigos se abrazan en nombre del amor;
parientes alejados se reencuentran en nombre del amor,
y tu serás bendecido por el amor que Dios derrama, todos los días,
sobre tu cabeza en señal de que …
Él cree en ti, siempre!
Autor de texto: Paulo Roberto Gaefke