Saluda el nuevo amanecer con alegría. Inicia el día con entusiasmo aunque el dolor sea ahora tu compañero de viaje. Recuerda que cuando las cosas parecen ir peor es precisamente cuando no se debe renunciar. Anímate, y gánale la batalla al desaliento.
De algún modo iluminas la oscura realidad cuando cambias tu modo de ver las cosas. Es lo que hacen tantos limitados felices. Siempre encuentra salidas aquel que mantiene encendida la hoguera de la esperanza. Saluda el nuevo día con una fe renovada. Piensa en las metas conquistadas y visualiza las cumbres que aún puedes escalar impulsado por una firme confianza. El sol que brilla, incluso detrás de las nubes, te llama a salir de las sombras con la ilusión del marinero que ve el puerto estando aún en altamar.
Si crees que ya no puedes bajar más, comienza a subir. No le des hospedaje en el alma al pesimismo o la melancolía. Saluda el nuevo amanecer con entusiasmo y con la esperanza puesta en días mejores . La sequía se acabará y con paciencia cosecharás buenos frutos.