A principios del siglo XX, el viajero que llegaba a Madrid tenía una gran dificultad en encontrar un buen hospedaje que reuniera todas las condiciones apetecibles. Para paliar esta deficiente estructura hotelera, pronto empezaron a construirse hoteles de calidad en la ciudad; así, en 1908 comenzaron las obras del Ritz, y sólo dos años después, Georges Marquet, propietario de la cadena belga Palace, decidió construir un hotel en Madrid. Para tal efecto, Marquet adquirió un amplio solar de 6000 metros cuadrados entorno a la plaza de las Cortes, concretamente sobre lo que había sido el palacio del duque de Lerma, construido en el primer tercio del siglo XVII, y que más tarde sería habitado por los Medinaceli. Una vez elegido el emplazamiento, en Julio de 1910, el Palace Hotel de Bruselas convocó un concurso para la construcción del edificio, que fue ganado por el arquitecto catalán Eduardo Ferrés y Puig, si bien fue posteriormente matizado por la empresa belga Leon Monnoyer et fils, quienes introdujeron modificaciones en el entresuelo y la fachada. Las obras comenzaron en Diciembre de ese mismo año y se prolongaron durante 18 meses bajo la dirección del arquitecto Manuel Álvarez Naya, costando la cantidad de 16 millones de pesetas. Inaugurado el 12 de Octubre de 1912, dos años después ganó el premio del Ayuntamiento de Madrid al edificio mejor construido. En 1925 fue reformado por el arquitecto Martín Domínguez, y como el Ritz, durante la Guerra Civil fue convertido en hospital de sangre. Tras una profunda reforma realizada en 1997, actualmente pertenece a la cadena hotelera Starwood & Resorts Worldwid, pasando a denominarse Hotel Westin Palace. En 1998 fue declarado Bien de Interés Cultural.
fue montado en la casa del gnomo madrid
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