VE DE SEMBRADOR
De un tronco seco hizo leña, como siempre, un leñador.
Sólo era un tronco inservible perdido en un rincón.
¿Qué importaba si fue el viento el que un día lo arrancó?
Si se desgajó de un árbol, si el torrente lo arrastró.
Era un pobre tronco seco que en el fuego terminó
Junto al camino otro leño, se tropezó un sembrador.
Parecía que estaba seco; pero el buen hombre pensó:
—Quizás la sabia escondida corra aun en su corazón.
—Tal vez halla una semilla germinando en su interior.
Y empezó a regar la tierra y en lo imposible esperó...
Hasta que un día una rama del tronco seco brotó.
Cuando vayas por el mundo, no vayas de leñador.
Ten la mirada profunda y el paso de sembrador,
que toma el pulso a la vida y la alienta con tesón,
que en noches de crudo invierno no duda que saldrá el sol,
que siempre espera lo bueno que hay en cada corazón,
que cree que algo renace si algo muere por amor.
No es fácil ir por el mundo haciendo de sembrador.
Está la tierra en sequía y es muy dura la labor.
Pero DIOS sigue apostando por la vida que Él creó.
Y Él hará que brote un día del tronco seco una flor
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