Sólo hay un infinito.
El que marca el pensamiento.
El que nunca atravesamos.
El que en nosotros está inmerso.
El que comparte fantasías.
El que refleja el espejo.
Aquel que nos invade,
y que navega en los sueños.
El que a veces no compartes,
porque crees que eres el dueño.
Aquel que navega en tus ojos,
y que atrapa tus sentidos.
El que siempre es inalcanzable.
El que parece estar lejos.
Sólo hay un infinito,
en todo lo que queremos.
Pues siempre lo comparamos.
Y de medida ponemos.
Hasta el infinito te quiero.
En el infinito nos vemos.
Que el infinito nos guíe.
En esto y aquello que hacemos.
Infinita la tristeza,
que en el alma se te enreda.
E infinito los amores,
hasta el final, que les llega.
DE LA RED
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