Al principio ella fue una serena conflagración,
un rostro que no fingía ni siquiera su belleza,
unas manos que de a poco inventaban un lenguaje,
una piel memorable y convicta,
una mirada limpia sin traiciones,
una voz que caldeaba la risa,
unos labios nupciales,
un brindis.
es increíble pero a pesar de todo
él tuvo tiempo para decirse
" qué sencillo " y también
" no importa que el futuro
sea una oscura maleza ".
la manera tan poco suntuaria
que escogieron sus mutuas tentaciones
fue un estupor alegre
sin culpa ni disculpa.
él se sintió optimista, nutrido, renovado.
Tan lejos del sollozo y la nostalgia.
De la red
Que voy a hacer con mi amor.
Alejandro Fernandez