PRONÓSTICO
Habrá un día en que el sol no sea figura furtiva que nos deja en el ocaso, que heraldos del amor a nuestro paso anuncien de la dicha su ventura.
Ese día vendrá con la dulzura de un céfiro a la grupa de Pegaso, un viento alado para un cielo raso que fecunde el paisaje de hermosura.
Yo sé que ha de llegar tan grato día que tocarán a flores las trompetas de nuestra siempre ardiente sinfonía;
que Dios conspirará con los planetas y para unir tu alma con la mía nos enviará un diluvio de violetas.
DE LA RED
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