Un puente de afecto verdadero.
Nuestra amistad es un ir y de venir de cosas
construidas en base al amor.
Vos estas allá en una tierra lejana que mis ojos no alcanzan a ver
sin embargo estas en mi a través del cariño
que me regalas a diario en cada palabra.
Porque hemos construido un puente de afecto
tan profundo y tan cálido en sentimientos
que une tu alma a la mía y que hace que estés donde quiera que estés....
Estamos juntas en espíritu.
Se que puedo escribirte todo lo que siento
y plasmar en palabras el amor que me desborda,
la tristeza que me invade cuando algo me supera,
esos sentimientos que uno guarda con recelo
y que solo quiere compartirlos en la intimidad
en que solo se confiesan nuestros secretos mas preciados.
Y uno se deja ser, y entrega en cada paso lo que uno es,
lo que uno siente y camina con la entera certeza
de saber que al final de ese puente existe una luz de esperanza.
Esa esperanza me la da tu mano amiga
que escribe las palabras que necesito leer para seguir caminando
y no detenerme en este juego tan hermoso
que Dios nos da a diario y que se llama Vida.
Y si me detengo porque a veces las cosas
me resultan demasiados pesadas para llevar, allí estas,
porque tenes el don de percibir con tu corazón que algo me sucede.
Entonces cruzas ese puente y con una sola palabra le das calor a mi alma.
Estas y tantas cosas hacen que exista un puente de afecto eterno
que une nuestras almas en espíritu,
Que si una vez más lo cruzas para secar mis lágrimas
te regalaré mi mayor expresión de gratitud en tu nombre:
"Gracias por estar en mi vida."
© Monica Leffler, 2001
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