Las calles de los pensamientos.
Las calles de los pensamientos
He sido por ahí por las calles de los pensamientos a buscar la belleza del sol, he cedido retazos de mis horas convulsas a pescadores de corales para escuchar la voz del mar. He intentado desvelar el misterio de las dogmas y de completamente comprender el color del cielo, he estudiado las alchimìas del fuego y el agua y el por qué del resplandor del ocaso. He seguido la luz de una estrella al anochecer y gozado la pureza del aire cuando acaricia la cara. He tomado a interpretar el lenguaje del rocío y a reconocer, ojos cerrados, el perfume de una flor. He medido la armonía de la mañana y de entender por qué le prefiero la incertidumbre de la noche. A menudo he reído y, a menudo, he llorado, enterrados los irresolubles, sobre los problemas no resueltos, sobre los años que se suman dentro de manera vertiginosa e implacable, sobre el haber hecho poco, casi nada, para desvestir el dolor de quien vestido, normalmente, el sufrimiento. Y también he querido, querido mucho... luego lo que me ha tenido en vida, junto a la certeza de ser infinitamente querido.
D/A
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