Haz de tu vida un don. Recuerda siempre: ¡tú eres el don!
Sé un don para cada persona que entre en tu vida, y para todos aquellos en cuya vida tú participas. Ten cuidado de no entrar en la vida de otro si no puedes ser un don (Siempre puedes ser un don, porque siempre lo eres, aun cuando algunas veces no te permitas a ti mismo saberlo.)
Cuando alguien entre en tu vida inesperadamente, busca el don que esa persona espera recibir de ti.
Neale Donald Walsch