En la meditación hay algunas cosas que son esenciales; son tan sólo unas pocas cosas pero, sea cual sea el método empleado, son absolutamente necesarias. La primera es alcanzar un estado de relajado: no luchar contra la mente, no controlarla, no concentrarse. La segunda: observar, sin interferir y con una atención relajada, todo lo que ocurra; sólo observar la mente, silenciosamente. Y hacerlo, además, sin hacer ningún juicio o evaluación.
Estos son, pues, los tres requisitos: relajación, observación y no juicio. Así, poco a poco, un gran silencio desciende sobre ti. Todo movimiento en tu interior cesa. Eres, pero no hay sensación de “yo soy”; sólo espacio puro.
Osho.