Los seres humanos están integrados por tres partes, pero la mayoría de las personas se experimentan a sí mismas sólo como un cuerpo. Incluso la mente se olvida después de los 30 años. Ya nadie sigue leyendo. Nadie escribe. Nadie enseña. Nadie aprende. Se olvida la mente. No se nutre. No se expande. No hay entrada de información nueva. Se requiere el mínimo rendimiento. La mente no se alimenta. No se despierta. Está adormecida inactiva.
Así la mayoría vive en un nivel corporal. Alimenta el cuerpo, viste el cuerpo, proporciona “material” al cuerpo.
¿Nutres tu mente? ¿La notas siquiera? ¿La mantienes sana o la perjudicas? ¿Estás madurando o te estás marchitando? ¿Te estás expandiendo o te estás contrayendo? ¿Está tu alma tan solitaria como tu mente? ¿Está aún más descuidada? ¿Y cuándo fue la última vez que sentiste que se expresaba tu alma? ¿Cuándo fue la última vez que lloraste de felicidad? ¿Escribiste poesía? ¿Compusiste música? ¿Bailaste bajo la lluvia? ¿Horneaste un pastel? ¿Pintaste algo? ¿Arreglaste algo que estaba descompuesto? ¿Besaste a un bebé? ¿Sostuviste a un gato junto a tu rostro? ¿Escalaste una colina? ¿Nadaste desnudo? ¿Caminaste al amanecer? ¿Tocaste la armónica? ¿Conversaste hasta romper el día? ¿Hiciste el amor durante horas… en la playa, en el bosque? ¿Comulgaste con la naturaleza? ¿Buscaste a Dios?
¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a solas con el silencio, viajando a la parte más profunda de tu ser? ¿Cuándo fue la última vez que saludaste a tu alma?
Cuándo vives como un ser de tres partes, por fin alcanzas un equilibrio contigo mismo. Tus intereses incluyen asuntos del alma: identidad espiritual; propósito de vida; relación con Dios; la senda de evolución; crecimiento espiritual; destino fundamental.
Mientras evolucionas a estados cada vez más altos de conciencia, llevas a la realización plena cada aspecto de tu ser.
Sin embargo, la evolución no significa abandonar algunos aspectos del Ser a favor de otros. Significa simplemente expandir el centro de atención; separarse de cualquier compromiso casi exclusivo con un aspecto, y dirigirse hacia el amor genuino y la apreciación de todos los aspectos.
Neale Donald Walsch