A ti padre,
que sembraste la semilla para que tu hijo naciera,
y para ello escogiste a la mejor compañera.
A ti padre,
que antes de nacer tu hijo, le acaricias suavemente,
cuando su madre te indica un movimiento inaudito
en su ya abultado vientre.
A ti padre,
que cuando nace tu hijo das al instante cobijo,
y le acunas con cariño en tus protectores brazos
y se duerme dulcemente recostado en tu regazo.
A ti padre,
que pasas noches enteras, despierto o a duermevela,
velando por su salud, arropándolo muy suave,
con blancas mantas de armiño que solo con tu cariño
puedes ponérselas tu.
A ti padre,
que le enseñas a volar con esperanza y anhelo,
aunque tu sabes de sobra, que no volará tu vuelo
A ti padre,
que le enseñas a vivir, que hay que luchar día a día,
y comprendas que tu hijo, jamás vivirá tu vida.
A ti padre,
que le enseñas a soñar siempre el camino correcto
pero a veces se equivoca y no soñará tu sueño.
A ti padre,
que rebosante de amor, fortaleza y comprensión,
le ayudas en las caídas a que levante su vuelo,
dándole un soplo de amor.
A ti padre
A tu paternal figura, mi amor y mi admiración!
©Chelo Álvarez/Lys.
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