Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara.
Y el mismo pozo del que mana vuestra risa, ha estado con frecuencia lleno de vuestras lágrimas.
¿Cómo podría ser de otra manera?
Cuanto más profundo ahonde el pesar en vuestro corazón, más alegría podrá contener.
La copa que contiene vuestro vino, ¿no es la misma que estuvo quemándose en el horno del alfarero?
Y el laúd que serena vuestro ánimo, ¿no es la misma madera que fue ahuecada con cuchillos?
Cuando tembléis de alegría, mirad en lo hondo de vuestro corazón y comprobaréis entonces que sólo aquello que os ha dado tristeza os está devolviendo alegría:
Cuando tembléis de tristeza, mirad nuevamente en vuestro corazón, y comprobaréis llorando por lo que antes fuera vuestra alegría.
Algunos de vosotros soléis decir: “La alegría es superior a la tristeza”; y otros: “No, la tristeza es superior”.
Mas yo os digo que ambas son inseparables.
Juntas llegan, y cuando una se sienta a vuestro lado en la mesa, la otra espera durmiendo en vuestra cama.
Realmente estáis como el fiel de la balanza entre vuestra alegría y vuestra tristeza.
Sólo cuando estáis vacíos vuestro peso está quieto y en equilibrio.
Cuando el guardián del tesoro os llame para pesar su oro y su plata, vuestra alegría o vuestra tristeza harán oscilar a un lado o a otro el fiel de la balanza.
Jalil Gibran