"Siempre hay animales salvajes merodeando más o menos cerca de las moradas de los hombres. Y, en ciertas regiones del mundo, se debe vigilar a los niños, al ganado, a las aves de corral, o adoptar medidas de protección, con el fin de que las fieras no vengan a devorarles. De la misma manera, si no estáis vigilantes, si no sabéis colocar protecciones a vuestro alrededor, vuestros hijos y vuestros animales domésticos, simbólicamente hablando, serán devorados por las fieras. ¿Quiénes son estos hijos, estos animales domésticos? Vuestros buenos pensamientos, vuestros buenos sentimientos, vuestros buenos impulsos, todo lo que es sinónimo de riquezas espirituales. Si verdaderamente os importan, debéis protegerlas, sino serán saqueadas por las entidades tenebrosas del mundo astral. Os preguntáis a veces porque os sentís de repente empobrecidos, despojados... Está claro: no habéis sido vigilantes, os habéis dormido y las fieras han venido a saquearos..."
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