Cuando Rita fue beatificada, en 1627, su cuerpo fue encontrado en el mismo estado en que estaba al momento de su muerte, ocurrida m�s de ciento cincuenta a�os atr�s. Su cuerpo hab�a cambiado de posici�n a lo largo de los a�os. En la actualidad, los visitantes suelen sentir un dulce aroma que proviene de su cuerpo. Partes del rostro de Rita han sido recubiertos de cera. |
En el a�o
1260,el 3 de Octubre,
sus restos fueron trasladados de la capilla de San Jorge, As�s, y enterrados muy profundo en tierra, debajo del altar mayor de la nueva iglesia, bien lejos del alcance y la vista de los visitantes. Despu�s de estar escondidos por seis siglos y luego de mucha b�squeda se los encontr� en 1850 (al igual que los restos del mismo San Francisco). |
Su cuerpo se conserva incorrupto Uno de los tripulantes del nav�o hab�a aconsejado que se llenase de barro el f�retro para poder trasladar m�s tarde los restos. Diez semanas despu�s, se procedi� a abrir la tumba. |
Francisco Javier fue canonizado en 1622, al mismo tiempo que Ignacio de Loyola, Teresa de Avila, Felipe Neri e Isidro el Labrador |
Al quitar el barro del rostro, los presentes descubrieron que se conservaba perfectamente fresco y que no hab�a perdido el color; tambi�n el resto del cuerpo estaba incorrupto y s�lo ol�a a barro. El cuerpo fue trasladado a Malaca, donde todos salieron a recibirlo con gran gozo, excepto Don Alvaro de Ataide. Al fin del a�o, fue trasladado a Goa, donde los m�dicos comprobaron que se hallaba incorrupto. Ah� reposa todav�a, en la iglesia del Buen Jes�s. |
La herida del estigma desapareci� y en lugar apareci� una mancha roja como un rub�, la cual ten�a una deliciosa fragancia. Deb�a haber sido velada en el convento, pero por la muchedumbre tan grande se necesit� la iglesia. Permaneci� all� y la fragancia nunca desapareci�. Por eso, nunca la enterraron. El ata�d de madera que ten�a originalmente fue reemplazado por uno de cristal y ha estado expuesta para veneraci�n de los fieles desde entonces. Multitudes todav�a acuden en peregrinaci�n a honrar a la santa y pedir su intercesi�n ante su cuerpo que permanece incorrupto.
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