HOSANNA!
BENDITO
EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR!!!
Mt 21,1-11:
“¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”
«Cuando se aproximaron a Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, entonces envió Jesús a dos discípulos, diciéndoles: “Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y enseguida encontraréis un asna atada y un pollino con ella; desatadlos y traédmelos. Y si alguien os dice algo, diréis: El Señor los necesita, pero enseguida los devolverá”. Esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del profeta:
Decid a la hija de Sión: He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino, hijo de animal de yugo.
Fueron, pues, los discípulos e hicieron como Jesús les había encargado: trajeron el asna y el pollino. Luego pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima. La gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. Y la gente que iba delante y detrás de él gritaba:
“¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”
Y al entrar él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. “¿Quién es éste?” decían. Y la gente decía: “Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”.»
“Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos”
(Flp 2,6)
ES PALABRA DE DIOS
TE ALABAMOS SEÑOR
La Semana Santa está llena de contrastes.
En la fiesta de hoy, el Domingo de Ramos, podemos ver a un pueblo que aclama a Jesucristo como Rey, que tiende sus mantos y laureles a su paso.
Seguramente muchos pensaban que su reinado era el de este mundo, que su liberación era la de echar de Israel a los romanos o que la salvación consistía en recuperar las antiguas leyes de Israel postergadas por la sumisión al poder invasor y la corrupción de la clase política judía. Pero no hará falta que pasen muchos días para que ese mismo pueblo que hoy aclama “Bendito el que viene en nombre del Señor” se ponga a gritar ante Pilatos
¡“Crucifícalo”!.
Ello nos da para pensar mucho. La fama, el clamor popular, puede ser sólo cosa de un día.
Al igual que hoy te aclaman mañana te condenan.
Quien pone su confianza en las palmaditas en la espalda o quien se ufana de los halagos que le hacen puede encontrarse, de la noche a la mañana, con que cuando no interese o cuando cometa la primera equivocación o, lo que suele ser más frecuente, cuando no responda a las expectativas creadas, se queda sólo y los abrazos se conviertan en puñaladas. Los judíos esperaban a un rey de este mundo porque necesitaban librarse de la opresión romana pero se encontraron con que el reino de Jesús no era de este mundo, que la liberación no consistía en tomar las armas y vencer en el campo de batalla si no en el corazón del ser humano.
Descubrieron que la salvación consistía en la transformación interior, en ser capaces de perdonar y, sobre todo, de amar incluso a quienes nos hacen el mal.
Pero todo ello algunos lo descubrieron demasiado tarde cuando se encontraron con que tras la decepción de la muerte Jesucristo resucita.
En verdad, dirán entonces, su reino no era de este mundo. Pero la fiesta de hoy nos sitúa en la algarabía de un pueblo que se echa a la calle para recibir al famoso Nazareno que hace milagros, que cura a los enfermos y que es capaz, según dicen algunos, de resucitar a los muertos. Se lanzan a la calle a recibir al Mesías esperado desde hace siglos.
Los acontecimientos posteriores a unos les abrirán el corazón y a otros les decepcionarán pero hoy las masas le ven como su esperanza de futuro. En nuestras parroquias hoy se recordará este momento con la bendición de los ramos.
Desde hace varios años vengo observando como suelen ser celebraciones multitudinarias donde los ramos se bendicen, si el tiempo lo permite, a las puertas de las Iglesias.
Lo extraño es que tras esa bendición los que se quedan a la Eucaristía que se celebra a continuación suelen ser muchos, muchísimos menos.
Probablemente hay sólo quienes acudan a bendecir sus ramos por puro rito, aunque no crean en su contenido religioso.
Quizás no sea sólo culpa suya sino que, como en tantas otras cosas, no hemos sabido formar convenientemente a nuestros fieles cristianos o hemos dejado, sin darle importancia, que muchos símbolos religiosos se socializaran de tal forma que perdieran su exclusivo contenido espiritual. Que este Domingo de Ramos nos haga entrar de lleno en la celebración de los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
El beneficio espiritual está asegurado.
QUE EN ESTE DIA ESPECIAL
DE RAMOS
APRENDAMOS DE JESUS
ESA EXQUISITA
Y
CAUTIVANTE HUMILDAD
QUE SU SER EXALABA
SIENDO DE CONDICION DIVINA
JAMAS HIZO ALARDE DE SU DIVINIDAD..
QUISO PASAR COMO UNO DE TANTOS
EL
NOS BENDIGA EN ABUNDANCIA!!
FELIZ DOMINGO!!!!
CON AFECTO
|