Encontramos la alegría de ser y vivir en un momento
en que aprendemos a apreciar y disfrutar . . .
no sólo lo que la Vida nos ofrece, sino también en lo que
nosotros podemos brindarle.
Tanto en la naturaleza con:
las caricias benevolentes del sol,
las formas caprichosas de los acantilados;
el sonido estrepitoso del mar,
los matices verdes de la pradera,
la nieve luminosa en las montañas,
el ritmo cadencioso del río,
las figuras mutantes de las nubes,
las gotas cristalinas en el verano,
la tranquilidad del lago al amanecer,
el saludo perenne de las estrellas,
el silencio acompasado de la noche,
las fauces hambrientas del tigre,
la búsqueda incansable de la gaviota,
el regreso acertado de la golondrina.......
DE LA RED