LÁGRIMAS
Por
Emma-Margarita R. A.-Valdés
Sus ojos eran mi luz,
mi cielo estaba en sus sueños,
bebía el mar de sus labios,
caminaba en su sendero.
Un extraño maleficio
destruyó mi firmamento,
vagué sin meta, sin rumbo,
con mi dolor, con mi infierno.
Lágrimas de amor y ausencia
apagaron aquel tiempo,
sólo queda la ceniza
fría y muda de un recuerdo.
Otra luz brilló en mis ojos,
alada ascendí a su cielo,
y su oleaje salobre
rompió en mi cantil desierto.
Pero un vendaval sombrío
deshojó, heridos, mis pétalos.
Dolor de cristal y espinas
palpita en mis sentimientos.
Hoy mis lágrimas son brasas
que avivan mi fuego interno.
¿Serán mañana ceniza
fría y muda de un recuerdo?