Y me gustaría intentar estar bien contigo y los que me rodean. ¿Qué te parece si en vez de estar lejos damos un paso hacia adelante para que nos podamos hablar sin necesidad de gritar? Quizás así nuestros corazones y nuestras manos estén más cerca y podamos reiniciar nuestras conversaciones diarias…
Y mejor aún… ¿por qué no damos dos pasos grandes hasta poder mirarnos a los ojos y ya no tener que hablarnos sino sólo susurrarnos? Quizás así vuelva el amor que un día nos unió, este amor que se fue perdiendo por nuestra vida diaria al no hacernos el tiempo de estar más unidos, de hacer cosas juntas…
Me asusta que nos alejemos tanto como dice Meher Baba, tanto que un día cuando nos busquemos ya no nos encontremos… me asusta esa posibilidad.
¿Qué debería hacer yo?
Acercarme.
Sí, estar más cerca y así no tener que gritar. Estaríamos más unidos, sólo necesitamos hablarnos con normalidad para que nos podamos entender. De verdad que me gustaría hacer eso, ya no quiero estar peleando, quiero poder conversar de manera tranquila y exponer mis puntos de vista. Quizás así nos volvamos a enamorar y sólo necesitemos susurrar lo que queremos el uno del otro.
Para finalizar esta bella reflexión acerquemos nuestros corazones con el objetivo de lograr una buena convivencia, de que nos volvamos a enamorar de aquello que un día nos hizo felices.
Si vale la pena debemos luchar por esa felicidad, dejemos que Dios more en nuestras vidas. Que tanto las parejas como los padres, hijos y amigos nos escuchen susurrar sin necesidad de gritar porque nos amamos.
Si todos ponemos un granito de arena Dios hará el resto, busquemos acercarnos para dejar de gritar y encontrar el amor y el cariño que se esconde y crece tras el pequeño susurro.
Las quiero mucho,
Shoshan
(Esto es una reflexión inspirada en otra de Meher Baba)