Apuntes.
No dan los años la medida del sufrimiento.
Un instante atesora los siglos que otro niega.
El alma ríe sus amores lejanos, invoca nuevas formas hospitalarias de mujer.
Voces que rondan la idea perfecta, la frase desnuda y vulgar, el indefinible preludio de la sangre.
La memoria tan sólo persiste en el asombro, que modela el castigo de los dioses y ofrece al hombre las imágenes de su muerte.
Juan Planas

|