* SIN PRINCIPIO NI FINAL *
Allá en los albores de la creación, Cuando el tiempo era desaborido, Dos almas aunaron su traslación, Desde el mismo paraíso perdido.
Bordaron una sutil avenencia, En un lienzo de plata y carmín, Urdido con soplo de esencia, Y un delicado beso andarín.
Así encaminaron su andar, Por el sendero dimensional, Logrando su amor perpetrar, En este elemento material.
Sembraron toda su adoración, Cual grácil jardín de rosas, Esparciendo aquella su devoción, Siempre con plantes hermosas.
Esas almas ya se han colmado, También de éste amor terrenal, Sus cuerpos se han fusionado, En una dulce entrega celestial.
Así cuando haya que partir, Se buscarán en lo sideral, Para su historia poder seguir, En una oda sin principio ni final.
Armando Méndez
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