Oda al secreto amor
Tú sabes que adivinan el misterio: me ven, nos ven, y nada se ha dicho, ni tus ojos, ni tu voz, ni tu pelo, ni tu amor han hablado, y lo saben de pronto, sin saberlo lo saben: me despido y camino hacia otro lado y saben que me esperas. Alegre vivo y canto y sueño, seguro de mí mismo, y conocen, de algún modo, que tú eres mi alegría. Ven a través del pantalón oscuro las llaves de tu puerta, las llaves del papel, de la luna en los jazmines, el canto en la cascada. Tú, sin abrir la boca, desbocada, tú, cerrando los ojos, cristalina, tú, custodiando entre las hojas negras una paloma roja, el vuelo de un escondido corazón, y entonces una sílaba, una gota del cielo, un sonido suave de sombra y polen en la oreja, y todos lo saben, amor mío, circula entre los hombres, en las librerías, junto a las mujeres, cerca del mercado rueda el anillo de nuestro secreto amor secreto.
Déjalo que se vaya rodando por las calles, que asuste a los retratos, a los muros, que vaya y vuelva y salga con las nuevas legumbres del mercado, tiene tierra, raíces, y arriba una amapola, tu boca: una amapola. Todo nuestro secreto, nuestra clave, palabra oculta, sombra, murmullo, eso que alguien dijo cuando no estábamos presentes, es sólo una amapola, una amapola. Amor, amor, amor, oh flor secreta, llama invisible, clara quemadura!
Pablo Neruda
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