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De: Vampiresa (Mensaje original) |
Enviado: 20/04/2010 08:49 |
Una tarde un nieto estaba charlando con su abuela sobre acontecimientos actuales. Entonces, preguntó qué pensaba la abuela sobre los tiroteos en las escuelas, la edad de la computadora y sobre todo en general.
La abuela respondió
Bueno, déjame pensar un minuto, Yo nací antes de la televisión, la penicilina, las vacunas contra la polio, las comidas congeladas, la fotocopiadora XEROX, los lentes de contacto, la píldora anticonceptiva, y el Frisbee. No había radares, tarjetas de crédito, rayos láser o roller blades. No se había inventado el aire acondicionado, el lavaplatos ni las secadoras, y las prendas se colgaban a secar al aire fresco. El hombre todavía no había llegado a la Luna y no existían los aviones a reacción para pasajeros. Tu abuelo y yo nos casamos y después vivimos juntos y en cada familia había un papá y una mamá. La palabra gay era una palabra respetable en inglés que significaba una persona contenta, alegre; no un homosexual, que cariñosamente llamábamos locas. De lesbianas, nunca habíamos oído hablar. Y los muchachos no usaban aritos ni se tatuaban el cuerpo. Era antes de los derechos de los homosexuales, las citas por computadora, dobles carreras universitarias, terapias de grupo, sicólogas, y salitas de atención médica. Hasta que cumplí veinticinco, llamé a cada policía y a cada hombre, Señor y a cada mujer Señora o Señorita. Cuando no sabía distinguir entre una y otra, y a una mujer madura le decía Señora, enseguida me corregía ofendida ¡Seeeñoritaaaa! ¡Y por mis 4 costados! (La virginidad no producía cáncer) Nuestras vidas estaban gobernadas por los 10 Mandamientos, buen juicio y sentido común. Nos enseñaron a diferenciar entre el bien y el mal y a ser responsables de nuestros actos. Servir al país era un privilegio, vivir en este país, una gracia especial, aún mayor. Creíamos que la comida rápida era lo que la gente comía cuando estaba apurada y que la hamburguesa era una mujer de una ciudad alemana. Tener una relación íntima era llevarse bien con los primos. Tiempo compartido significaba el que la familia compartía a la noche, no un condominio. Nunca habíamos oído sobre la música estereofónica, la radio FM, cassettes, CD´s, celulares, máquinas de escribir eléctricas, calculadora, (ni siquiera mecánicas, para no hablar de las portátiles), o el yogurt. A los relojes se les daba cuerda cada día. No existía nada digital, ni los relojes ni los indicadores con numeritos luminosos en los artefactos del hogar ni en las máquinas. Hablando de máquinas, no existían los cajeros automáticos, los icemakers en las heladeras, los radio relojes despertadores, ni los hornos microondas. Para no hablar de los video casettes ni las filmadoras de video... Escuchábamos las grandes orquestas, a Benny Goodman, Pérez Prado, Javier Cugat y Ray Coniff, y al presidente en la radio. Si en algo decía Made in Japan se lo consideraba una porquería. No existía Made in Corea ni Made in Taiwán. No se había oído de Pizza Hut, Mc Donald´s o el café instantáneo, ni de los endulzantes artificiales. No existían los alimentos light y se comía mejor y más rico. En mi tiempo, hierba era algo que se cortaba y no se fumaba, coca era una gaseosa, y la música de rock la que hacía la mecedora de la abuela. Chip significaba un pedazo de madera, hardware era la ferretería y el software no existía. Fuimos la última generación que creyó que una señora necesitaba un marido para tener un hijo. No asombra que ahora nos llamen viejos y confundidos y digan que hay un vacío generacional... ¿Cuántos años crees que tengo? ¿¿¿Más de cien??? Preguntó el nieto...
No. Solamente cincuenta y seis...
Desconocido
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La palabra gay era una palabra respetable en inglés que significaba una persona contenta, alegre; no un homosexual, que cariñosamente llamábamos locas. De lesbianas, nunca habíamos oído hablar. Y los muchachos no usaban aritos ni se tatuaban el cuerpo. Hasta que cumplí veinticinco, llamé a cada policía y a cada hombre, Señor y a cada mujer Señora o Señorita. Nuestras vidas estaban gobernadas por los 10 Mandamientos, buen juicio y sentido común. Nos enseñaron a diferenciar entre el bien y el mal y a ser responsables de nuestros actos. Servir al país era un privilegio, vivir en este país, una gracia especial, aún mayor. Creíamos que la comida rápida era lo que la gente comía cuando estaba apurada y que la hamburguesa era una mujer de una ciudad alemana. Tener una relación íntima era llevarse bien con los primos. A los relojes se les daba cuerda cada día. No existía nada digital, ni los relojes ni los indicadores con numeritos luminosos en los artefactos del hogar ni en las máquinas. Escuchábamos las grandes orquestas, a Benny Goodman, Pérez Prado, Javier Cugat y Ray Coniff, y al presidente en la radio. Si en algo decía Made in Japan se lo consideraba una porquería. No se había oído de Pizza Hut, Mc Donald´s o el café instantáneo, ni de los endulzantes artificiales. No existían los alimentos light y se comía mejor y más rico. En mi tiempo, hierba era algo que se cortaba y no se fumaba, coca era una gaseosa, y la música de rock la que hacía la mecedora de la abuela. Chip significaba un pedazo de madera, hardware era la ferretería y el software no existía. Fuimos la última generación que creyó que una señora necesitaba un marido para tener un hijo.
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HOLA
ES UN PLACER LEERTE
GRACIAS POR ESTAR Y COMPARTIR
FELIZ MARTES
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De: yanely |
Enviado: 20/04/2010 14:02 |
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De: Paqui |
Enviado: 20/04/2010 18:56 |
MUCHAS GRACIAS
MUY HERMOSO
SUERTE
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