Sin corazón
Qué escultor del medioevo,
talló tu cuerpo de Adonis;
qué lucero de este cielo
le dió ese brillo a tus ojos.
Ese caminar esbelto
el cóndor te lo envidió,
cómo envidian tu sonrisa
los oasis del desierto.
Tus palabras que conquistan
al desgranar de tu boca,
cual si fueran mariposas
se dispersan al oido.
Pero me pregunto yo,
¿tienes corazón de hombre?
porque la roca más dura
se taladra con el agua,
mas al tuyo, ni mis lágrimas
lo pudieron doblegar.
María Inés Bustos ( Marinés )