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Enviado: 08/04/2010 18:42 |
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A un pordiosero soñar
Las partículas de arena piedras tierra y lodo, se filtran por mis pies descalzos, postergados, mis uñas rallan en las piedras caracoles, ya no me es posible levantar mis pies desnudos, los años, los tengo todos, el tiempo me facturó aprisa. Pues ayer cerré los ojos, entre aquella prontitud aquella risa, y el tiempo me sumergió en un túnel sin colores, claroscuro, metiéndome en esa coyuntura, en aquel enlace entre la noche, el día, y madrugada. Ahí me quedé, perpetuo ya sin prisas, solo esperando el momento casual, en el que el tiempo pueda apretar Y elevar a mi yo etéreo, entre el desierto, entre las brisas, como un certero cuchillo al entrar en este senil corazón, así… el tiempo me matará aprisa, como la noche mató ayer a la tarde, igual que la madrugada mató hoy a la noche, pues de bien en bien, hay un dios que autoriza a un pordiosero soñar, al mirar la mar, el sol, la brisa, esta es mi felicidad, pues al vagar entre la inmundicia, el tiempo me enseñó a esperar, y si hoy viene por mí, que venga, le entregaré de mí… ¡Mis primicias!
Hector Rodrigo
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