Esta noche te escribo por culpa del insomnio, porque tú no me dejas descansar ni dormir, porque rondas mi cama como el mismo demonio que se quiere y no puede de mi cárcel salir.
Esta noche me siento por tu imagen bañado dando vueltas, lo mismo que un filósofo hindú. Hasta al mismo Morfeo ha quedado frustrado porque no hay una fuerza tan letal como tú.
Si estuvieras presente qué feliz estaría en tu blando regazo como niño de abril; embriagado de dicha como un ángel sería degustando del néctar de tu pecho gentil.
Deliciosa mentira del que sueña despierto con la urgente penuria de en tus brazos estar, pues te siento conmigo; pero sé que no es cierto y destrozo mis versos para no despertar.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC
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