Deseo decirte las palabras
más profundas, pero no me atrevo, pues temo tu burla.
Por ello me río de mi
mismo y transformo en bromas mi secreto.
Me burlo de mi dolor, para
que no te burles tú. Deseo decirte las palabras más sinceras, pero no me atrevo,
pues temo que no me creas.
Por ello las disfrazo de mentiras y digo lo
contrario de lo que pienso.
Me esfuerzo en que mi dolor parezca absurdo para que no te lo parezca a ti.
Deseo decirte las palabras
más valiosas, pero no me atrevo, pues temo no ser correspondido.
Por ello te
nombro duramente y me enorgullezco de mi insensibilidad.
Deseo sentarme
silenciosamente a tu lado, pero no me atrevo, pues temo que mis labios
traicionen mi corazón.
Por ello hablo disparatadamente, escondiendo mi
corazón tras mis palabras.
Trato a mi pena con dureza, para que no lo hagas
tú.
Deseo alejarme de ti, pero no
me atrevo, pues temo que descubras mi cobardía.
Por ello levanto la cabeza y
me acerco a ti con aire indiferente.
La constante provocación de nuestras
miradas remueve mi dolor sin piedad.