Serán acaso aquellos que me llaman para salir
conmigo, o aquellos que me despiertan cuando estoy dormido.
Los que me apoyan cuando estoy afligido, o los que me hacen ver mis
errores aún y que no sea lo que yo he querido.
Los que me felicitan en mi cumpleaños y celebran conmigo toda la noche, o
los que con una simple llamada me hacen sentir vivo.
Los que están incondicionalmente ahí cuando los necesito,
o los que a pesar de su ausencia
son los que más me han querido.
Serán aquellos a los que les cuento mis amores en secreto, o con los que
alardeo de conquistas sin fundamentos.
Los que me dicen que todo está bien,
o los que me dan la contra y lo malo me hacen ver.
Los que me prestan dinero cuando lo necesito, o los que me lo niegan
porque saben su destino.
Los que al verme me saludan con un gran abrazo, o
los que me reciben con una sonrisa y un sincero apretón de manos.
Los que me cuentan sobre todo lo que les pregunto, o los que sin pedirlo
lloran conmigo por lo que les ha sucedido.
Los que me dicen que me quieren,
o los que con una sonrisa transmiten más de lo que pueden.
Con los que nunca peleo, o con los que a veces riño.
La verdad es que puede haber muchas clases de amigos, pero solamente
cuento en mis manos a los que aún conociendo mis sentimientos, mis
pensamientos, mis fantasías, mis alegrías, mis éxitos y mis fracasos, confían
en mí y sobretodo me aceptan como soy, sin cuestionamientos,
ni reproches, simplemente se limitan a decir:
"Ese que va allí es mi AMIGO"