No sé de dónde vino la pena que me cargo
ni sé por qué tu beso tiene un sabor amargo.
No sé por qué ni cómo ni para qué ni cuándo
empezaría a amarte como te estoy amando.
Estoy desconcertado. De veras, me sorprendes.
Así como te apagas, así también te enciendes.
A veces eres fría y a veces tan caliente
que ya no sé cómo eres, pues cambias de repente.
De estar en las alturas desciendes al abismo
y mira, yo no cambio. Yo sigo siendo el mismo.
De ser alegre, tierna, sencilla, primorosa
de pronto estás tan triste, como una triste fosa.
No vivas del recuerdo ni vivas del olvido.
No te hagas tanto daño. Yo siempre te he querido.
Pareces nuestra luna que tiene cuatro fases;
pero en cuestión de cambios tú puedes darle clases.
Aún así te quiero. No importa cómo seas
y de lo que te digo, no todo me lo creas.
Seré tu amigo siempre tan invariablemente
por más que cada día tú seas diferente.
Serás mi niña siempre con tus metamorfosis
y en tanto a mi cariño le aumentaré la dosis.
Total, yo ya no quiero hacerte el cuento largo
por mucho que tu beso tenga un sabor amargo.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC