Seamos escultores del amor,
de ese amor que nace sin sentir
que cuando se posa en nuestra frente
somos ya un lienzo virgen.
Sentir sin tocar ya es aliciente
ambrosía de dioses es tocarte
con la mano, con el sentimiento,
locura efervescente del adolescente.
No es posible tanto gozo,
como en la sublime estancia
de nuestro Ser,
sentir que volvemos a ser amor.
Mis pinceles recorren tu figura,
mis manos moldean tu contorno
y con ese beso enamorado, tú y yo
damos la chispa de vida encantada.
Rosario de Cuenca Esteban
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