Optimismo*
Que nadie presuma de ser grande en ésta vida
sí al enfrentarse los contrastes del destino
no es capaz de probar su fortaleza en la caída
para seguir con más pujanza en el camino.
Porque es de grande vencer los sínsabores
que nos depara el capricho de la suerte;
debemos erguirnos a pesar de los temores impulsados
aún sobre las cenizas del muerte.
Recordemos que nada valen los alardes al sentirnos felices
lejos de la aflicción; y que,
el triunfo fué jamás de los cobardes porque
nunca llevan bien puesto el corazón.
Por eso, quien quiera triunfar tenga optimismo
sin pensar en el cruento avanzar que desanima,
pues solo vence con valor el terco abismo,
quien llega con toda dignidad hasta la cima.
recordemos que un dia surgimos de la gleba,
afrontemos sin vacilar todas las vallas,
seguros de que al caer,
siempre se eleva quien esta dispuesta a vender en las batallas.
DE LA RED