TÚ DICES)
Tú dices que no duele el corazón, que es necio llorar por un querer, por una amor perdido. ¿Tal vez no te ha tocado el hado del desprecio, ni te han dejado nunca, el sentimiento herido.
Tú dices que es mentira que de amor se disloque un alma enamorada, sublime y generosa. Dices que amar no hace que el alma se trastoque porque el amor es frágil, cual frágil es la rosa.
Tú dices que es vano amar y ser amado, que el amor es un rayo sutil de fantasías. ¡Más sin embargo mira, mujer como has dejado, por tu amor insensible, las esperanzas mías!
Tú dices, dices, dices, que no hay idolatría que vibre en tu existencia ni dentro de tu pecho, que nada sabes dices, de la melancolía y que por amor nunca, llorar nadie te ha hecho.
No sé cuantas mentiras tú dices, dices, dices y nada importa acaso lo que tu boca mienta, pues ya escuchar no quiero tus dichos infelices, que son a mis amores igual que una tormenta.
Más tú, que presumiendo de ser una insensible con despiadado acento sobre el amor hermoso. Serás en tus otoños la rosa imperceptible que morirá en las manos del algún amor piadoso.
Y yo que te amo tanto dolor del alma mía, yo que tanto he llorado por tu pasión tortuosa. Esperaré a que se haga mi triste profecía, para que entre mis manos sucumbas como rosa.
Más luego que sucumbas, te volveré a la vida y sin rencor ninguno revertiré tu suerte, para que digas, digas que mi alma florecida, por amor infinito, te arrancó de la muerte.
Tal vez entonces digas mi bien sin más recelo que amar y ser amado es noble sentimiento. Y que por amor sólo puede alcanzarse el cielo aunque el amor nos cause dolor y sufrimiento.
Adamis Barrios Maracaibo – Venezuela Miércoles, 19 de mayo de 2010
|