LA ROSA ENAMORADA
Quisiera que repararas en mí. Tenerte a mi lado. Para que pudiéramos juntos, contemplar el nacimiento de un nuevo día. Entibiarnos con los rayos del sol poder disfrutar de la libertad. Mirar juntos el cielo azul. Escuchar por las mañanas el zumbido de las abejas, volando alrededor de las flores del jardín. Escuchar los trinos de los pájaros que saltan entre las ramas de los árboles. Escuchar juntos la música que yo escucho por las mañanas. ¡Ese es mi sueño amor mío!. Pero tú me ignoras. Pasas por mi lado, sin importarte que estoy esperándote. Callo y sonrío tristemente, pensando que alguna vez me verás, te darás cuenta que estoy aquí. Aguanto tu fría indiferencia. En soledad y en la espera aquieto mis tristezas, a la luz de la luna, y le cuento a las estrellas, mis penas. Me pongo bella, esperando que te detengas alguna vez a hablar conmigo. Imagino que me besas y que me lleno de ti y todo relumbra a mí alrededor. Y pasa un día y pasa otro. Me preguntan si no me canso de esperar. Por supuesto que a veces me canso, pero tengo que mantener la esperanza, sino me marchitaría y moriría. Algún día mi dulce colibrí amado, te posarás en mis pétalos de rosa y libarás la belleza que tanto he guardado para ti. Porque si no abro mis pétalos cada día, nunca te fijarás en mí y terminaré muriendo marchita. Sin que tú alcances a ver mi belleza, que he estado guardando tanto tiempo para ti.
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