AVECILLA.
Cual avecilla solitaria surcas Mil cielos, cubiertos en tenues Grises, tus alas un tanto cansadas Te hacen reposar en parajes inciertos.
Lentamente tus ojitos se van cerrando, La noche te acoge con especial esmero, Mientras los luceros iluminan tus Sueñitos, como si fueses aquel chiquillo De antaño.
A lo lejos se escucha el revolotear de Tus amigos, que sin descansar llegan a buscar Al amigo, para brindar cobijo, una a Una van llegando; con su trinar para Alegar tus días y retomar el rumbo con Destellos multicolores…
Maria Auxiliadora Fernández Velásquez. Mérida-Venezuela, 28/05/10.
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