Cuanto más de Cristo tenemos en nuestros corazones, menos espacio tenemos para nosotros mismos".
"Quiero que mi corazón quebrante por las mismas cosas que quebrantan el corazón de Dios".
"El corazón lleno de amor ama los mandamientos, y cuanto más difíciles son, los encuentra más dulces y agradables, porque complacen más el Amado y le dan más honor".
"Es el amor de Dios infundido en nuestros corazones, el que tiene que inspirar y transformar nuestro ser y nuestro obrar".
"Si Jesús hubiese nacido mil veces en Belén, y ninguna en mi corazón, yo sería la persona más desolada del mundo".
"Un corazón sin Dios es un corazón sin amor".
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