Cuando el amor o la amistad debieran a la ternura despertar el alma, y ésta debiera aparecer sincera en la mirada, podrán los labios engañar fingiendo una sonrisa seductora y falsa; pero la prueba de emoción se muestra en una lágrima.
Una sonrisa puede ser a veces un artificio que el temor disfraza; con ella puede revestirse el odio que nos engaña; mas yo prefiero para mí un suspiro cuando los ojos, expresión del alma, por un momento miro obscurecerse con una lágrima.
El hombre surca el ignorado Océano con el soplo del viento que lo arrastra, en medio de las olas bramadoras que se levantan; se inclina...y en las olas procelosas que amenazantes a su nave avanzan, mira el abismo, y sus aguas turbias mezcla una lágrima.
En la carrera de la noble gloria, el valeroso capitán se afana por ganar con su muerte una corona en las batallas; pero levanta al que postró en el suelo y sus heridas compasivo baña, una por una, en el sangriento campo, con una lágrima.
Y cuando vuelve, henchido de ese orgullo que hace latir el pecho que avasalla; cuando teñida en enemiga sangre cuelga su espada, la recompensan todas sus fatigas al abrazar a su consorte amada y al darle un beso en sus mejillas húmedas con una lágrima.
Dulce mansión de mi niñez perdida, donde la franqueza y la amistad gozaba; donde en medio de amor vi deslizarse las horas rápidas; yo te dejé con un hondo sentimiento, volví hacia ti mis últimas miradas, y apenas puede percibir tus torres tras una lágrima.
Aunque no puedo repetir, como antes, mi juramento a mi María cara, a la que fuera para mí otro tiempo fuego del alma, tengo presentes los felices días en que, niños aún, tanto me amaba, cuando ella contestaba a mis promesas con una lágrima.
¿En otros brazos puede ser dichosa? ¿Tiene el recuerdo de su edad pasada? Mi corazón respetará ese nombre que tanto amaba. Y dije adiós a mi esperanza loca, con una lágrima.
Cuando al imperio de la eterna noche tome su vuelo para siempre mi alma; cuando mi cuerpo exánime repose bajo una lápida, si por ventura os acercáis un día donde mi triste sepultura se halla, humedeced siquiera mis cenizas con una lágrima.
Yo no apetezco mármol...monumento que la ambición la vanidad levanta; manto suntuoso con que el necio orgullo cubre su nada; no darán sus emblemas a mi nombre el falso orgullo ni la gloria vana; lo que yo quiero, lo que pido sólo, es una lágrima.
Una sonrisa puede ser a veces un artificio que el temor disfraza; con ella puede revestirse el odio que nos engaña; mas yo prefiero para mí un suspiro cuando los ojos, expresión del alma, por un momento miro obscurecerse con una lágrima.
El hombre surca el ignorado Océano con el soplo del viento que lo arrastra, en medio de las olas bramadoras que se levantan; se inclina...y en las olas procelosas que amenazantes a su nave avanzan, mira el abismo, y sus aguas turbias mezcla una lágrima.