CABALLO DE TROYA
El sabor de la desidia es agrio, es engañoso, te toma gota a gota sin pausa, sin prisa, sin remordimiento.
Como flor de adormidera te duerme poco a poco cierra tus ojos y no lo notas hasta llegado el momento. Cuando veas que su posición toma, será que ya ha pasado tu tiempo.
Y en su lugar deja al abandono, su compañero que la sigue a todas partes, como un perrito faldero.
Siempre van juntos, nunca separados, no saben ser sin el otro a la vez, una, en guerra de guerrillas, el otro, presente también.
Y te ves abocada a descubrir el engaño y como una Troya invadida por un extraño sentimiento, galopando ya llega en el vientre de un falso regalo, el que para siempre será tu sombra, el desengaño.
Elizabetta MAYO DE 2010
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